sábado, 27 de marzo de 2010

La Vida como Ilusión en el Teatro del Siglo de Oro.

La Vida como Ilusión en el Teatro del Siglo de Oro:

- Lope de Vega

- Calderón de la Barca

- William Shakespeare

Introducción

Por Siglo de Oro se entiende la época clásica o de apogeo de la cultura española, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII. Es una época donde destacan las artes y la literatura.

Los principales representantes de la concepción del ser, de la vida, y de otros aspectos provenientes de la filosofía religiosa medieval son: Lope de Vega, Calderón de la Barca, (ambos españoles) y William Shakespeare (Inglés).

Según el pensamiento de la época el alma está organizada jerárquicamente en tres partes: la más elevada, o alma racional poseída únicamente por el ser humano en la tierra; el alma apetitiva que el hombre comparte con los animales, constituida por los impulsos hacia o lejos de las cosas o personas; y la última, el alma vegetativa que asegura la continuación de la vida en su nivel más primitivo.

Sobre esta división de la conciencia del alma, estos dramaturgos clásicos van a elaborar un discurso netamente filosófico y rico, donde ahondan una de las principales dicotomías del mundo, la vida y la muerte, incluyendo las concepciones religiosas del momento.

La representación teatral es la forma como se transmite el nuevo pensamiento y es el medio pedagógico y didáctico que conforman las obras en sí.

Moralidad Medieval: Cadacual

Ésta obra recoge los dogmas principales de la concepción catolicista medieval, siendo también posturas que se mantienen hoy en día.

Cadacual expresa la vida como algo pasajero e ilusorio siendo la muerte su fin. Pero la muerte es el tránsito a un estadío superior y será en el Juicio Final donde Dios perdonará o no los pecados.

La muerte se describe como un viaje que debe emprender cada persona. Se manifiesta como un servidor de Dios que acude a su llamado y recibe sus órdenes condescendientemente. Dios le dice a quien debe dar fin a su vida. Es cruel con todos los seres de la tierra ya sean personas o animales y los condice al Juicio Final. Es un camino sin retorno y una vez que se está allí es imposible regresar. Se la muestra irrespetuosa y avasalladora porque no selecciona a quien quitarle la vida. De allí la muerte es el destino común a todos los hombres sin diferenciación ni escogencia alguna.

Al morir no se pueden llevar pertenencias, pero el libro de cuentas es una metáfora a la obras realizadas en vida, bien sean buenas o malas. Las acciones cometidas y las buenas obras garantizarán el descanso eterno. Es como una especie de registro que Dios tiene, de todas las cosas hechas por los hombres. Las buenas obras en un sentido moral son el cumplimiento de nuestros deberes en conformidad con las leyes divinas. El hombre será juzgado y recompensado de acuerdo a sus buenas obras. Estas tienen un mérito para quien las hace y deben hacerse directamente para mayor honra y gloria de Dios, o indirectamente buscando el bien de nuestros semejantes.

El Juicio individual de cada alma tiene lugar inmediatamente después de la muerte y en el cual se determina su suerte según sus méritos. Comúnmente se enseña que el Juicio se declara al alma por una iluminación del entendimiento en el momento mismo de la muerte, y que la sentencia es ejecutada inmediatamente. El Juicio Universal es el Juicio Final, que tendrá lugar después de la resurrección general de todos los hombres y en el cual Dios recompensará a cada cual de acuerdo con sus obras, llamando a los justos a la felicidad eterna y condenando a los malos al fuego eterno.

El personaje de Cadacual es una suerte de unificación en uno sólo del sentimiento universal que todos los hombres padecen antes de morir. El miedo a lo desconocido esta presente, se muestra sorprendido y quiere rendir cuentas. Pero no es consciente que la muerte no da plazo para hacer lo que no se hizo con tiempo, pide plazo pero la muerte es implacable. Se siente solo, no quiere emprender el viaje así y le solicita a sus mejores amigos que vayan con él. Es entonces cuando se termina el contacto directo con sus semejantes, porque nadie quiere morir para acompañar a otro por el mismo temor que se tiene.

La muerte es el momento más íntimo e individual de cada persona, y eso es lo que se quiere manifestar predominantemente en la personalidad de Cadacual. Indica la temporalidad y de la condición humana. La Riqueza es uno de los indicativos de este tópico ya que los objetos no permanecen con el ser tras su muerte, La Belleza, los Cinco Sentidos, La Fuerza desaparecen con el cuerpo, pero sin embargo subsisten las Buenas Obras.

El arrepentimiento en Cadacual logra una muerte digna. Si bien los pecados cometidos en vida, con un correcto arrepentimiento de conciencia pueden ser remediados y así obtener el perdón.

¿De allí que concepto de la vida podría entenderse? Principalmente si la vida es un tránsito pasajero, la misión en este mundo es la de cumplir buenas obras, y no despreciar la vida en actos pecaminosos y mundanos. Pero si se quiere obtener la vida eterna sólo se logrará a través de los buenos actos y del arrepentimiento del corazón. La dualidad es la base de la vida, lo bueno lo malo, materia y espíritu, tierra y cielo, eterno y temporal, fracaso y victoria, integración y aislamiento, entre otros. Por ello la vida podría definirse en primera instancia, como la permanencia en el mundo terrenal (mundo) o la existencia del alma en el ámbito divino de lo eterno.

Lope de Vega: El Caballero de Olmedo y Lo Cierto por lo Dudoso

Nace en Madrid el 25 de noviembre de 1562 y fallece el 27 de agosto de 1635. Escritor español, considerado uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro.

El Teatro del Siglo de Oro se caracteriza por la ilusión de la realidad. En la obra de Lope de Vega El Caballero de Olmedo, los personajes se alejan de la realidad, creando un mundo lleno de ilusión que los lleva a ser lo que no son en verdad. En este caso Don Alonso y Doña Inés viven de un amor que lo han vuelto una irrealidad, donde guiados por la pasión acuden a todos los medios posibles para alcanzar la felicidad, que es también, parte de dicho mundo lleno de ilusión y se convierte en algo fugaz, donde todo cambia por la intervención de la muerte que genera un orden.

Aquí hay una visión negativa acerca del mundo y la vida. Los personajes no son lo que aparentan ser. Se esconden detrás del elemento de la indumentaria. Tienen cierto interés por lo material que es perecedero y temporal y hay una serie de engaños que crean confusión entre ellos mismos. En el transcurso de la obra se presenta toda esta serie de acontecimientos mezclándose la alegría y la tristeza.

Don Alonso es uno de los personajes principales, catalogado como un héroe, llamado con respeto “El Caballero de Olmedo”. Caracterizado por la nobleza (es como una mascara que está delante de él), es la contraparte como amante, después de todo es un hombre quien ama en secreto y en la oscuridad. Pero en ambas situaciones pierde la esencia de su ser, pues es aferrado a lo material y perecedero y esto lo va alejando de una personalidad definida en la realidad lo cual alcanzará un orden con su propia muerte, donde poco antes de pasar hacia ese lado se da cuenta de la mentira que estaba viviendo y valora lo que había dejado. Se desengaña de todo, pide a Dios piedad donde él se había alejado completamente, luego de morir su personalidad ha sido restaurada y se reconoce como el héroe. Su muerte es como un acto cristiano porque no muere como merecimiento de un castigo sino por alcanzar el orden de la vida.

Él toma el amor como complemento a su realidad, se desvía a lo temporal y perecedero y la impotencia de esta situación lo lleva a alucinarm un ejemplo: “la muerte del jilguero, la aparición de la sombra y el canto del labrador”. Por otro lado Don Rodrigo se esconde bajo una capa de caballerosidad en donde guarda envidia y celos, donde poco a poco se va llenando de odio contra Don Alonso, quien es correspondido al amor de Inés, por tener buena fama y crece aun más cuando sabe que le salvó la vida en frente de Inés, la mujer de la cual esta enamorado y el rey. Allí comienza su deseo de matarlo, su maldad lo lleva a su propio fin.

Doña Inés uno de los personajes principales comienza ocultando su identidad de doncella por el de una labradora, donde Don Alonso ha sido engañado. El engaño también se encuentra presente cuando ella insiste en entrar al convento. La vida de Inés entra en orden con la muerte del caballero y su entrada al convento, después de haber vivido ese amor ilusorio.

Don alonso y Doña Inés en su pleno florecimiento del amor acuden a opciones fuera del curso normal de la vida y engaños. Convirtiéndose en fanáticos de su amor, insisten en seguir comunicándose a pesar de las circunstancias, olvidándose de todo lo que esta alrededor, consumándose por sus deseos siendo culpables y victimas al mismo tiempo. Los primeros por engañar a Don pedro y Don Rodrigo y victimas por estar fuera de la realidad de sus vidas, Tello viene siendo uno de los personajes que contribuye con esta ilusión de los enamorados, tiene cierto interés por las apariencias de la indumentaria y colabora con el engaño para con Don Pedro, siendo el maestro de Inés, cuando en verdad tan solo es el mensajero de las notas que los jóvenes se mandan, lo cual son escritos de impotencia de estar juntos, éste amor está lleno de sombras y tristezas ya no se tiene conciencia del ser o no ser.

Fabia formando parte de esta mentira debajo de la indumentaria de la madre superiora, mensajera de canastilla, como hechicera. El comportamiento de estos personajes nos lleva a pensar que son buenos actuando en la ficción pero no en la vida. Don Pedro cree en la Influencia de las galas en la personalidad. El rey se esconde detrás de la indumentaria.

Lo cierto por lo dudoso, una obra que presenta las mismas características que El Caballero de Olmedo. Los personajes presentan la misma conducta, hay un desprendimiento de la realidad, predomina el engaño y la teatralidad, alejándose todos de su verdadero ser.

Doña Juana y Don Enrique están enamorados. En varias ocasiones engañan al Rey al cual Doña Juana no le corresponde, lo engañan haciéndole pensar que el conde ama a Doña Inés, para evitar el peligro

Doña Inés, prima de Doña Juana llena de celos y envidia se aprovecha de la situación que separa a los jóvenes enamorados y los engaña, haciendo a Doña Inés dudar del amor de Don Enrique. Le hace creer al Rey que ella y Don Enrique se aman y pide que los case ansiosamente. Hace lo posible por estar con El Conde, la angustia de los enamorados la hace a ella feliz.

El Rey escondido debajo de su indumentaria catalogado como gentil hombre y muy galán, cegado por sus pasiones y celos es capaz de mandar a matar a su hermano El Conde, para dejar a Doña Juana viuda de un beso y luego casarse con ella. Hace una serie de cosas que lo alejan de la esencia de su ser, generando dolor en los demás personajes, convirtiendo su amor en una irrealidad, siendo el Rey satisface sus caprichos. Se dirige a El Adelantado pidiéndole un casamiento en secreto a Doña Juana con un buen hombre, El Adelantado piensa que es El Conde y los casa, le da la noticia a el Rey que se siente engañado por el mismo, pero acepta el casamiento y los perdona a todos, se despoja del engaño.

Su soledad es el medio por el cual la vida de cada uno sigue su curso normal.

En el Caballero de Olmedo, Don Alonso, Doña Inés y Don Rodrigo se mueven en una zona borrosa en donde los límites entre la vida y la muerte se han hecho muy fluidos, identificándose constantemente con las fuerzas sombrías de la muerte. Uso frecuente de la teatralidad en los personajes, quienes como verdaderos actores viven la irrealidad de una ficción, utilizando máscaras y disfraces.

Calderón de la Barca

El Gran Teatro del Mundo

y La Vida es Sueño.

Su nombre completo Pedro Calderón de la Barca, nace en Madrid el 17 de enero en 1600 y fallece el 25 de mayo de 1681. La obra teatral de Calderón de la Barca significa la culminación barroca del modelo teatral creado a finales del siglo XVI y comienzos del XVII por Lope de Vega.

Es notable la presencia de la idea de la vida como ilusión, de la vida como teatro y como sueño. Por dedicarse aparte de la poesía y del teatro, al sacerdocio sus obras tienen un alto contenido teológico y moralizante.

El auto sacramental alegórico El Gran Teatro del Mundo, inicia con la aparición del Autor, alegoría del Señor, quien deseoso de las fiestas convoca al Mundo, alegoría del teatro, para realizar un homenaje para la creación. El Autor convoca a los hombres al escenario para repartir los papeles. Antes de adjudicar los papeles, advierte que alguno puede quedar inconforme con esto, ya que es simplemente representar, aunque piense que es vivir. Advierte que todo papel es bueno si se ejecuta bien y que una vez terminada la representación el que bien haya actuado cenará con él.

Es claro en esta obra la visión que tiene Calderón de la Barca de la vida como teatro. Dios dispone a cada ser humano que es lo que le toca vivir, le guste o no, es su designio y solo para cambiarlo posee el libre albedrío.

Pero libre albedrío es un atributo según el dogma catolisista, que consiste en la libertad de elección. La voluntad es una facultad que tiende hacia el bien conocido por la mente. Si el objeto que se aprenhende por la mente es bueno (en todos sus aspectos) y se lo conoce solamente como tal, la voluntad tiende a él necesariamente y en este caso no puede haber cuestión de elección. Pero si el objeto es malo se manifiesta la elección. Ninguno puede querer ser infeliz ni puede menos que desear los objetos que considera medios necesarios para la felicidad. Que el hombre tiene voluntad libre, y que en muchas de sus elecciones no está presionado, ni en el interior ni exteriormente, es dogma de fe y es evidencia simple a la razón. De esta manera el libre albedrío otorga libertad a cualquier acción siempre que tienda preferiblemente a lo bueno, pero si tiende a lo pecaminoso, después de la muerte el individuo no estará con Dios sino en el Infierno.

Como bien expresa Calderón en este auto sacramental, esta vida, además de un sueño, no es más que un teatro, una representación tragicómica de papeles en donde se entrecruzan ricos, pobres, religiosos, hermosas, hermosos y campesinos. Todos vivirán su vida bajo el designio de Dios sin diferenciación alguna. Está presente un poco la idea de la igualdad entre clases sociales, ya que para Dios no existe la diferencia entre seres.

Se señala en algunos aspectos que en cualquier momento puede acabar la comedia, hace referencia en este caso a la muerte. La vida en esta obra se encuentra concebida como una función comienza la función y se cierra el telón, se nace y se muere, en ese transcurso según, se debe obrar bien, para luego estar con el Señor. La idea de la temporalidad es directa ya que al igual que una obra de teatro abarca un tiempo especifico y culmina al igual que la vida. Teatro dentro del teatro como cuestión pedagógica y reflexiva.

En su obra La Vida es Sueño, al igual mantiene la idea de la fugacidad y transitoriedad de la condición humana. Su contenido filosófico es bastante considerable.

Segismundo es el principal conductor de esta obra, el cual manifiesta un pesimismo ante la vida, melancólico en su reflexión ante a muerte, ya que hay un rechazo por su parte ante el destino del hombre. Muestra una atracción por lo sobrenatural y un rechazo ante la idea renacentista de que el hombre todo lo puede.

El determinismo y el libre albedrío construyen el drama de la agonía del hombre, ante la ausencia de un sistema total capaz de explicarlo como criatura. Es decir, hay fe en la religión pero no hay razón para la vida.

La oposición entre lo racional y lo espiritual o meramente sentimental no encuentra finalmente una síntesis superadora. Calderón, sostenido por la fe en Dios, postula una solución mágico- religiosa donde dios es el Creador, el arquitecto del escenario de un mundo donde las máscaras de desvanecen en la nada.

¿Qué es el sueño en la obra? La imposibilidad del libre albedrío, el determinismo de los hechos, la pasividad del soñador ante lo que sucede, la puerta al lugar de entrada límite de la existencia, la antesala de lo sobrenatural, y la imagen, recurrente de la muerte.

El drama del hombre barroco es inseparable. Para cuando Calderón escribe, la omnipotencia de la razón ha caído en desuso, y la mirada, se contenta con unos cuantos signos dispersos que crean la ilusión de inteligencia. La figura patética de este hombre que cree que lee lo que todavía no está escrito está genialmente representada en Basilio, rey cuyo hijo no lee más que las improntas de los hechos. Hay un sueño, claro, pero es el sueño del caballero, no el de Segismundo. Es el sueño de la vanidad en el que la calavera anuncia que la muerte es un hecho y es indescifrable. Para Basilio, para el Padre y, por supuesto, para Dios, la muerte es sólo un signo de sucesión. Sucesión del trono, de la sangre, de la finitud humana. Continuidad de la reverencia y del gesto agónico del poder que se escapa.

Segismundo, en su cárcel, cree que todos los hombres son prisioneros de una fuerza oscura. Sólo en la naturaleza hay libertad, y, en su error, parece decirnos que la cultura alberga a seres encadenados.

El problema del tiempo va unido a una ilusión de realidad. En el deseo, en el continuo aferrarse a la vida, el tiempo intenta ser un enemigo atroz, y representa el papel de tirano que Basilio quiere desviar a la imagen de su hijo. Habría que excavar un poco más hondo. El hijo es un signo de los años que pasan, icono del padre e índice de la muerte. La vida se le escurre cuando quiere atraparla, porque, he aquí la paradoja, las cosas ya no son lo que solían y ni siquiera se presentan como cosas, sino como imágenes.

La vida como ilusión hace referencia una vez más a lo terrenal y materialista de la vida, sólo es un tránsito temporal y la vida se puede prolongar hasta un más allá de la muerte.

Al comparar la idea de la muerte en Calderón con la misma idea expresada en la Moralidad Medieval de Cadacual se puede establecer una relación muy similar en el tratamiento de los personajes en ambas obras. Principalmente en el Gran Teatro del Mundo donde Dios asigna un papel a cumplir a cada individuo y en Cadacual presenta también a Dios como factor determinante en la vida de los hombres.

La alegoría de los personajes que no sería otra cosa, que la personificación de cualidades morales. Sin embargo en Cadacual predomina mayormente el designio de Dios sobre la muerte y en Calderón el designio sobre la vida de los hombres.

William Shakespeare:

Hamlet

William Shakespeare nace en Inglaterra el 23 de abril de 1564 y muere el mismo día del año 1616. Su nacimiento es en Stratford-upon-Avon en Warwickshire, Inglaterra. Es un gran escritor del teatro, dramaturgo por excelencia, que retoma elementos de los escritores trágicos produciendo tanto tragedias como comedias.

Lo ilusorio en esta tragedia, realmente es difícil determinarlo, ya que Hamlet finge locura para poder vengar el asesinato de su padre por su tío Claudio, En un primer momento se justifica que haya visto el espectro ya que Horacio y Marcelo lo ven también. Pero luego en varias escenas lo ve solo él y escucha su voz. En este punto podría decirse que la ilusión es mental, en el sentido de que el ve el espectro de su padre y le sigue diciendo que cobre su muerte, queda la duda si es que está presente o es sólo el desvarío de Hamlet, por la gran tristeza que le ha causado este suceso. Podría ser una especie de visión mental errónea.

Lo ilusorio en esta tragedia podría considerarse también como lo terrenal y transitorio de la vida. Al decir que “la vida es una ilusión”, nos estaríamos refiriendo a que la vida es un camino por el cual todos hemos de pasar, pero que tenemos en común la muerte, como final de ese recorrido. La muerte es algo que llega, no hay poder que pueda contra ella y es un destino común a todos los hombres del mundo.

Siendo de esta manera, es visible como suceden las muertes de muchos de los personajes de la obra: Algunos por traición (el rey Hamlet), otros por venganza (el príncipe Hamlet, Claudio y Laertes), otros por despotismo (Guilderstern y Rosencratz) y otros por un arrebato de locura (Polonio y Ofelia).

La constante confusión ante el destino humano está implícita en Hamlet. El destino es el resultado final e inevitable, que se considera como un efecto de una conexión necesaria de causas. Considero que las personas en general sienten confusión ante su destino debido a que no sabemos a donde conduce nuestras vidas, siendo más bien presas de los acontecimientos. Estos nos llevan en ocasiones por decisiones o caminos insospechados y que nunca habíamos planeado.

Por eso es que tenemos la impresión de que nuestras vidas están predeterminadas por el destino, siendo el mismo una secuencia de sucesos no planificados.

En Hamlet un ejemplo claro del destino es el desenlace final de la obra es cuando Laertes al enterarse del asesinato de su padre jura venganza. Ofelia, con su salud mental seriamente afectada por el asesinato de su padre, muere ahogada en un río.

Más tarde, el rey Claudio y Laertes, al saber del fracaso que tuvo el plan de matar a Hamlet y enterarse también de su regreso, organizan un plan para matarlo. Laertes peleará contra Hamlet con una espada envenenada. Es así que en un combate, Hamlet y Laertes se hieren mutuamente de gravedad, la Reina bebe del vino envenenado que estaba destinado a Hamlet y muere. Son separados Laertes y Hamlet, en medio de la confusión; Laertes se lamenta, confesando a Hamlet el vino fue idea del rey, y declara al rey como el delincuente de esta tragedia. Hamlet, encolerizado, por fin logra herir al rey y le hace beber de su propio veneno, cumpliendo finalmente la venganza que el fantasma de su padre anhelaba. Hamlet, antes de morir pide que se le declare al príncipe noruego Fortinbras, heredero del trono. Entonces, nada pudo impedir estos hechos ya que la condición en la que se encontraban propició la muerte sin reparo.

Volviendo con la ilusión, sería más bien, una percepción equivocada de la realidad. Un mundo en el cual los valores éticos y morales no son acatados como deberían ser, donde las personas poseen mascaras que ocultan su verdadera esencia, son hombres que fingen y que hacen daño. Hamlet finge locura como un medio para averiguar lo que sucede realmente en su entorno. A medida que lo hace se da cuenta entonces de la dura realidad de las cosas, y esto es lo que descubre. Por ello su venganza ante la decepción de un mundo que creyó conocer. Ante ello “Ser o no ser “, la gran duda de Hamlet, escogencia entre vivir o no vivir, en un momento lleno de corrupción y sufrimiento.

En la vida hay leyes objetivas a las cuales nos tenemos que conformar. Conocer estas leyes y obedecerlas es lo que otorga a la vida, realidad. Si no se observan u obedecen el individuo es víctima de acciones extrañas en vez de autor de ellas, y su vida no es más real que un simple sueño. Surge de esta forma la locura tal vez por la no adaptación a ese mundo de reglas preestablecidas. Es por ello que Hamlet se refugia en la demencia y frenesí que contradice su estado de ser humano. La aberración del hombre que se aleja de su ser y de los valores verdaderos del mundo y de la vida. El aislamiento de Hamlet es total, se aísla progresivamente de todos y es privado de su libertad al caer como único prisionero de los piratas.

La conducta del hombre en Shakespeare se logra en base a la observación de la intención psicológica de sus personajes. Demuestra, que todos los conflictos de los seres racionales en la vida, tienen un carácter individual, una causa íntima, un motivo subjetivo.

Relaciona ese motivo interno de acción a las solicitudes externas de la vida, explica lo externo por lo interno, los elementos de la realidad difusa en la existencia por el desenvolvimiento de la verdad confusa en el espíritu.

La influencia que tiene la vida moral en la normal. Cada ser, en su adversidad o su fortuna, conjuntamente a una idea de la vida en la cual los sentimientos, ya sean alegría o dolor, y los actos, bien sean en calma o tempestad; desarrollará el alma, en la pureza o impureza de nuestras relaciones con los hombres. Todo aumento de potencia afectiva, moral o intelectual, en la impotencia o en la omnipotencia de la vida realizable.

Desde este punto de vista, Hamlet es un momento del espíritu humano y todo hombre es Hamlet en un momento de su vida. Hamlet es el período de transición de un estado a otro estado del espíritu; del estado de sentimiento al de razón; de la idealidad a la realidad; de la inconciencia a la conciencia del vivir.

El ser humano comienza a vivir por los sentidos, duplica su vida por los sentimientos, aumenta la intensidad de la vida por la fantasía. Siente que vive, imagina su vivir como lo siente, y es feliz. La vida sería una explosión de alegría, si el ser humano pudiera detenerse en ese estado. Pero no puede, porque la unidad del espíritu es compleja y cada ser se realiza según la mayor o menor intensidad de sus facultades.

Esta diferencia de intensidad en las facultades individuales constituye la realidad, y esta realidad crea una lucha. Esa lucha es, para unos, un momento del reloj, para otros, un período completo en su existencia, para algunos, una eternidad en su conciencia. Tomar posesión de la realidad, ése es el resultado de la lucha. Los pobres de espíritu son los que más pronto se posesionan de la realidad, los más fáciles triunfadores de esa lucha. Los unos no comprenden cómo cuesta tanto a algunos lo que tan poco les costó. Los otros no comprenden por qué resisten tanto a la realidad los que luchan largamente para posesionarse de ella.

El que encomienda a sí mismo su existencia y entra armado de su responsabilidad en el combate, y quiere modificar la realidad según su juicio, ése vacila, ése tropieza, ése cae; se levanta, vuelve atrás, sigue adelante, y si logra apoderarse de la realidad de la existencia, completarse en ella, perfeccionarse por ella, siempre vuelve los ojos del espíritu hacia atrás, siempre tiene la memoria del corazón fija en el primer momento de su vida, siempre sigue luchando para traer a la realidad aquel primer fin de su existencia y establecer en su alma la armonía. Si la establece, es un espíritu sano que reposa en su victoria. Si no la establece, será un espíritu enfermo, condenado a morir en el combate.

Shakespeare muestra entonces el alma humana, sondeando los abismos de la realidad, en el tránsito de la alegría al dolor, de lo ideal a lo real, de la vida sentida a la pensada, de la vida inconsciente a la consciente.

Cabe preguntar ¿Cómo es la conducta del hombre en el mundo, en la vida de estos autores, Calderón de la Barca y Shakespeare? Los héroes del teatro ingles y español ceden a los apetitos de su naturaleza inferior y son presos de lo temporal y cambiante de los fenómenos sensoriales. Luego vislumbran la existencia de otra realidad y logran sobreponerse a la debilidad de los sentidos. Convencidos de haber estado persiguiendo una ilusión vana, logran encasillarse en la realidad de la vida.

La trayectoria de un héroe se percibe desde tres estados: engaño ilusión y ficción, luego pasa a un estado de desengaño y por ultimo descubre la verdad. En un principio ellos se encuentran en el desequilibrio del mundo, con la desubicación del individuo en él, y con un desequilibrio entre los aspectos conflictuales de la naturaleza.

En Hamlet la atmósfera está envuelta en un aura de engaño, usurpación, hipocresía, lujuria y el fratricidio; en La Vida es Sueño se perciben imágenes de oscuridad, caída y lamento, acompañan las suertes de los personajes en la pena, el pavor, la violencia, la crueldad y la cobardía junto con una estrecha y fría prisión que amenaza constantemente el albedrío del ser.

Las acciones de los personajes son erráticas, lo cual nos dirige a una falla en el funcionamiento del alma humana. Los héroes son fácilmente remontables a una falla o desequilibrio en sus facultades anímicas. Sus almas racionales presentan un desarrollo infrahumano, con los apetitos dominantes y en es este punto donde radica su falla , puesto que todos tienen un concepto de la realidad que deforma o ignora gran parte de ella, toman a la apariencia por la realidad y derivan todas sus acciones y valores de la base incierta de lo temporal y cambiable.

El destino de los protagonistas se inclina hacia la catástrofe al opacarse su razón y rendirse a una pasión avasalladora e invencible. La adversidad junto con la pasión acompaña los destinos. En Hamlet su sed de venganza y en Segismundo su soberbia y poder.

La pasión es enceguecedora en todos los personajes, ya que son impulsados a intervenir en el curso normal de los acontecimientos para facilitar la realización de sus deseos. De aquí surge la paradoja de que a pesar de desear reinstaurar una armonía inicialmente perturbada esto es impedido o contradicho por los deseos y esfuerzos del individuo. La intervención del ser humano en el curso de los acontecimientos contribuye a una erosión ulterior del orden al despertar las pasiones de sus coetáneos.

El forzar la realidad viste de irrealidad la vida de los héroes. Al forzar una coincidencia entre el papel a representar y la realidad, la teatralización se apodera de la vida cotidiana y sus actuaciones no son más reales que una ficción. La elección correcta de nuestro papel o su representación adecuada en el drama cristiano otorga realidad a nuestras experiencias.

Esta es la manera donde ambos autores resuelven la caída o desaparición de la ilusión para dar cabida a la verdad. Los protagonistas pasan de un estado doloroso de engaño a uno desengaño. Todos se despojan de su teatralidad original y aprenden a distinguir entre las vanidades de un sueño y la realidad de la vida. Todos descubren la existencia de una realidad más allá de la terrenal, se reconcilian con sus debilidades congénitas, se preparan para someterse a un designio superior y aprenden que realidad y verdad son indispensables en el obrar moral individual, en la sociedad en relación con Dios. De esta forma los protagonistas lograrán interpretar correctamente la experiencia de la vida.

La rehabilitación del héroe y su realización como hombre superior sería el último paso en ese proceso de enseñanza.

Conclusiones

Es evidente como la temática principal, de los dramaturgos más sobresalientes del Siglo de Oro, trabajan la idea de la vida desde el punto de vista temporal e ilusorio, y la muerte, como fin a ese estado siendo a su vez camino a un estadío diferente y desconocido.

En estas obras se percibe la conciencia del ser y del vivir. Se siente la ansiedad de los personajes al desplegar sus pasiones, todos los sentimientos humanos llevados al extremo. El tratamiento de la locura como un medio de escape a un mundo al que una persona no se puede adaptar, en el caso de Hamlet. Muestra de cierta manera la infelicidad de los hombres, inconformidad, sensaciones de vacío que todas las personas sienten en algún momento de su vida.

Se establece entonces una conciencia de lo que es vivir realmente, la vida como ilusión en las diferentes obras trabajadas, reflejan el sentido de permanencia temporal de la condición humana, común a todos los hombres del universo. Pero no niega, la existencia de una vida después de la muerte.

Asumir la muerte y prepararse para ella es uno de los contenidos pedagógicos presentes en el teatro del Siglo de Oro. También, el destino como elemento incluido, hace saber que el hombre no puede dirigir su vida ni la de sus semejantes, ni hacer realidad su voluntad, a menos que se haga dentro de los límites de la interpretación cristiana de la vida humana. De esta forma hace referencia al libre albedrío como factor indicador que tiene toda persona sobre las acciones que realiza buenas o malas.

Tanto Shakespeare como Lope y Calderón poseen una visión cósmica dual, una conducida por los astros que rigen parte de la realidad de la naturaleza humana, y por el otro, la Providencia que influye en los aspectos más elevados. La visión dual del mundo dividido entre el cielo y la tierra. En la tierra el hombre puede desechar lo ilusivo, lo confuso y lo vano con la ayuda de la razón que le permitirá la compresión del mundo tanto humano como divino. Su experiencia en el mundo inmediato sólo le proporciona engaño, por eso su vida es una ilusión, en donde todo pasa como una farsa, al ignorar su lugar dentro del universo no aprecia sus limitaciones humanas para perseguir la gloria de la realidad divina, de allí sus conflictos.

Bibliografía

1.- Leo de Belmont, Laura Ana (1984) El concepto de la vida en el teatro de Lope de Vega, William Shakespeare, Calderón de la Barca. Instituto de Literaturas Modernas. Buenos Aires.

2.- Straunbinger, Juan, (1963) La Sagrada Biblia y Diccionario Católico. Editorial Barsa. Chicago, Illinois.

3.- Shakespeare, William (1564 -1616) Hamlet y Macbeth . Editorial Aguilar. Mexico (1977)

4.- Vega, Lope (1562-1635) El Caballero de Olmedo y lo Cierto por lo Dudoso. Editorial Aguilar. México (1977).

5.- Calderón de la Barca, Pedro ( 1600-1681) El Gran Teatro del Mundo y la Vida es Sueño. Editorial Aguilar. Mexico (1977).

6.- Maestros de la Literatura Universal. Tomo 1 España. (1984) Editorial La Oveja Negra. Colombia.

7.- Cadacual. Institutos de la Facultad de Filosofía. (1951). Buenos Aires.

No hay comentarios:

Publicar un comentario